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Mostrando entradas de abril, 2011

La confusión hace olas en México: ¡detengamos las mentiras!

El caso de Paula Cussi ha venido a terminar de confundir a algunos —no a muchos— para hacer las cosas aún más oscuras. ¿Recuerdan la película Presunto Culpable ? ¿Quién detenta el poder judicial? Por favor: que respondan con sinceridad, sin jueguitos tontos: ¿domina el gobierno de Calderón o algún gobernador panista algún conjunto que tenga que ver con el poder judicial? Entonces, no nos hagamos retrasados mentales: lo que los abogados de colmillo grande logran o no en los juzgados es muy independiente de lo que los gobernantes que respetan la estructura constitucional del poder formal en México pueden hacer. Ya en varias ocasiones personas sin escrúpulos, sin ganas de razonar con cuidado, buscando solo llevar agua a su molino, tratan de encontrar cualquier decisión de cualquier elemento de poder judicial en el país, como si se tratara de algo que viene "directamente desde arriba" , desde la misma presidencia. ¿No se han dado cuenta de que esos tiempos ya se acabaron en Méx

La "izquierda" debe ser un nuevo paradigma, no un regreso al pasado.

Hay cosas que no pueden dejarse así, nada más. Es necesario tomarlas con la importancia que tienen —o pretenden tener— y colocar cada detalle en su lugar. Este artículo de Jenaro Villamil es una de esas cosas que obligan a la reflexión y al comentario reflexivo, amén de comunicarle al autor que sus trucos finalmente sí pueden ser detectados por algunos. Lea la nota primero . Regrese aquí después. "Guerra sucia" es un término usado por quienes no pueden aceptar que sus verdades se digan en público de tal manera que demasiadas personas se enteren de esas verdades o las recuerden cuando el tiempo había hecho a los perpetradores de esas verdades que se olvidaran. La guerra sucia como término es hoy algo que usa el PRI con creciente frecuencia para referirse a los comerciales políticos panistas que les hacen recordar a los ciudadanos verdades incontrovertibles que, a menos que se tomen en cuenta, existe el peligro de que la decisión masiva más importante —la elección— se haga sob

Realmente, ¿quién tiene el poder en México?

Loret de Mola, el dador de noticias de “Primero Noticias”, de Televisa, en un artículo que denominó Los dueños del “¡Ya Basta!” hizo un gran esfuerzo —yo creo que con bastante éxito— de poner las cosas en su lugar con respecto a las posturas nacionales en torno al asunto del combate al crimen organizado por parte del gobierno federal. ¿Tiene esta política de Calderón como punto de partida, origen o concepción la forma en que llega a la presidencia en 2006? A ver, a qué me refiero con “la forma”: llega debilitado por la campaña de difamación calumniosa del candidato que pierde . No me gusta llamarles a las cosas en forma adornada para “sonar objetivo”. Lo objetivo es aceptar que Calderón gana la elección, dado que 1,200,000 mexicanos que participan en la contienda no tuvieron una sola palabra qué decir a partir de la cual se pudiera deducir algo turbio o sucio. Con un escaso margen, el partido que queda en tercer lugar, se convierte en el que realmente tiene el poder en México. Las c

¿Estamos por la violación de las leyes o por el combate a los que la violan?

Ex criminales de otros países han declarado que los criminales del México de 2011 se están volviendo locos. Comentan que el grado de agresividad que están mostrando va más allá de lo que se ha encontrado en circunstancias semejantes en otros tiempos y lugares. Puede ser una exageración. Se nos han contado historias gangsteriles de sucesos que se dieron en Chicago, Nueva York, Miami y otros lugares del mundo que fueron tan agresivos, violentos y sangrientos —o más— que lo peor que hayamos visto en México. ¿Será? Aunque no se han medido en forma exacta —con algún método científico— los niveles de violencia en diferentes lugares, en México sí deben ser muy altos considerando que han llegado a aventar cabezas en lugares públicos o a tirar cuerpos descabezados que después diferentes medios se han encargado de difundir con detalles, no sin dejar de tomar en cuenta los videos publicados en Internet y vistos por millones. Javier Sicilia (http://goo.gl/yO2Cv) ha tenido una gran cobertura nac

No señor, la cosa no es así

Por más grande que sea la tristeza de ver morir un vástago, usted, señor —no entrecomillado— está equivocado . No son así las cosas. Usted les pide a los criminales que hagan el favor de continuar siendo criminales pero aplicando un “código de ética”. Sí, eso es lo que usted les dice. Y usted le dice al gobierno que deje de … ¿de qué, señor? ¿De aplicar la ley? Don Javier Sicilia, usted está lleno de pasión, de desprecio y de odio. Es incapaz de darse cuenta de que el calificativo mediático a la lucha del presidente de México en contra del crimen organizado es solo un esfuerzo más —que está dando muy “buenos” resultados— para sobajar al máximo al político que logró conquistar a una buena parte del electorado mexicano y que ha cumplido cabalmente su labor de gobernante. La lucha armada fuerte que se les está dando a los criminales que usted dice que tienen el “ligero defecto” de haber perdido su “código de ética”, es algo que debió haberse hecho desde hace muchos, pero muchos años

El balance de la información debe sustentarse en realidades

En nuestro semanario (por impresión) pero diario (por notas publilcadas en Internet) tratamos de hacer una labor que consiste en tranferirle a nuestros lectores información sobre la que tenemos sustento. Tratamos de no especular o de no tratar de colocar en sus mentes —como si fueran verdades consumadas— hechos que aún son sólo rumores, muy lejos de haber quedado probados o muy difíciles de sustentar con documentación. A pesar de todo ello, cuando uno repasa los comentarios que aparecen en la página electrónica, uno siente algo muy difícil de definir con facilidad. ¿Se trata de rabia, de coraje, de molestia, de contrariedad, de frustración? Esto último, desde luego: se trata de una grave frustración. Eso es lo que genera el ver que a pasar de lo que sea que uno haga en esfuerzo para que lo que se comunica sea lo que de verdad está sustentado, la percepción de la gente siempre va a ser que uno “no está siendo objetivo”. En alguna ocasión —y el artículo sobre el tema se encuntra dentro

La política: asunto de todos (hasta de los políticos)

¿Estás trabajando para algún gobierno? Puede ser el municipal, el estatal o el federal. ¿Dependes de tu trabajo en el congreso? ¿Eres empleado del “poder judicial”? ¿Estás en la nómina de algún partido político? ¿Estás en la nómina de alguna empresa propiedad de algún nivel de gobierno? Si contestaste “sí” a cualquiera de las preguntas entonces tú perteneces a “los otros”. Aquí estamos “los demás”. En México somos 2 bandos: nosotros y “los otros”. Los que trabajamos por nuestra cuenta o somos empleados de alguna empresa privada somos “los demás”; somos los que generamos el sueldo de “los otros” vía impuestos. La actitud política del joven y de algunos que no lo son tanto oscila entre el cinismo —entrar a “la polaca” y aprovecharse “como es la costumbre”— o descalificar todo lo que huela a o parezca “gobierno” o “política”. Entre estos 2 extremos se encuentra el aspirante a “servir a su pueblo”, quien dice ser “atraído por la política”. ¿Te parece normal ? ¿Te parece que así está bien?