Yucatán 2007: elecciones con arrogancia ciudadana

Cuando una sociedad tiene durante 6 años el mejor gobierno en 30 y al término de esos 6 años decide regresar a la forma en que se hacían las cosas "antes", ¿qué le pasa a esa ciudadanía? ¿de qué enfermedad sufre? ¿Mala memoria? ¿Ceguera histórica? ¿Desinformación total?

No hay un solo ámbito en el gobierno de los últimos 6 años en que las cosas no hayan mejorado: salud, educación, carreteras, pasos a desnivel, administración pública, servicios a los ciudadanos (placas, licencias), permisos (sencillamente no se dan a menos que de verdad legalmente se deban de dar, pero no hay "negociaciones bajo la mesa"), transparencia administrativa, financiera y contable, aprovechamiento de los recursos, cumplimiento cabal de las leyes y un etcétera mayor que lo incluido. Entonces, ¿por qué era necesario regresar al pasado?

El gobierno de los ingenuos en la política se termina con un fracaso de calificación ciudadana final que es muy difícil de entender. Y ni qué decir del gobierno de la ciudad. Aún no se han terminado de contar los votos. A la vista el 77.96 computado, la ventaja del panista es de menos de 1 punto porcentual y ha ido disminuyendo conforme han ido aumentando las casillas computadas. Hay nueve incidencias (casillas cuyos datos no se han incluido en la cuenta). Todo encaja dentro del titular a 6 columnas (ya no alcanza 8 el formato actual) del Diario de Yucatán: "Desastre del PAN".

El resultado no tiene sustento en hechos. La votación de los ciudadanos respondió a "algo" que no es la comparación entre lo que este último gobierno hizo en 6 años y los otros (del grupo de los que han regresado) hicieron en 30. El voto ciudadano fue de prepotencia individual sumada en una colectividad en una expresión de "¡Toma perro!". "¿Y por qué me haces esto?". "Porque me da la gana y porque puedo."

Así es, aparentemente. Pero hay algo más de fondo. Son datos que quedaron impregnados en la memoria mental colectiva y ejercieron un peso negativo. Son datos que no deberían de haber sido el sustento del sentido del voto. Pero lo fueron. Éstos son algunos que recuerdo:

1) La borregada de Xavier Abreu. Súbitamente surge a la "luz pública" una noticia que trata de encontrar un actuar turbio o deshonesto por parte de Abreu. La noticia, digamos que tiene un tamaño de 100 en afectación de la mente del ciudadano. Destruye totalmente la reputación de Xavier Abreu. El resultado de 5 auditorías que prueban total honestidad y buen proceder de parte del funcionario de la SEDESOL tienen, como noticia, un tamaño de 5. 100 puntos de publicidad negativa contra 5 de positiva, dejan 95 de negativa. Y nadie se ocupa de borrar esos 95 puntos de publicidad falsa negativa. Aquí tenemos unos 70,000 votos que se le niegan a Xavier Abreu.

2) El berrinche de Cervera Payán. Ella empezó la revolución azul en 1990 y ella la clausura en 2007. Se le mete a la cabeza o se lo meten a la cabeza sus periféricas: "tú ganaste; te están robando la candidatura". Cuando sabe que dentro de las reglas del juego aceptadas por ella misma, NO GANÓ. Pero lanza el berrinche y se va a buscar una ridícula candidatura a otros partidos. Lo mismo hace López Escoffié. Ahí se van otros 50,000 votos que no gana ella (Cervera Payán) ni López Escoffié. Se van en un 80% al partido del pasado, ése que ellas con tanto ahínco y fuerza humana combatieron. Así de fuerte puede nublar el buen juicio la ambición política. Ambas personalidades debieron haber procedido con integridad partidista: hoy estarían preparándose para darle a Yucatán otros 6 años de mejor gobierno dentro de los equipos ganadores.

3) El hermano del gobernador. ¿Qué hizo? No tengo información exacta. Sea lo que fuere, adolesció de una virtud muy delicada y fina que se llama prudencia. Ahí se fueron otros 10 o 15 mil votos.

En total se pierden 135,000 votos que se van al otro lado. Ahora, veamos la situación numérica con los votos.

En 2006, el 2 de julio, el PAN obtuvo 364,300 votos. El PRI obtuvo 260,108 votos. ¿104 mil votos de diferencia? ¡Alto, cuidado! La otra cara del PRI, llamada PRD, obtuvo 125,111 votos. Los dos PRI's (el congruente con el presente y el regresador al pasado) sumaron 385,219 votos. Entre los dos ganaron al PAN realmente. En esta ocasión, en vez de los 364,300 votos del 2006, el PAN logrará unos 335000 votos cuando mucho. Una pérdida neta directa de 30,000 votos del panismo "duro". Por otra parte, dejó de ganar unos 100,000 votos de los que fluctúan entre uno de los dos PRI's, por informaciones falsas inyectadas en las mentes de los ciudadanos.

El PRI llegará a unos 396,000 votos, o sea, casi 60,000 más que el PAN. Con sólo restar de esos 60,000 los 30,000 del Cervera-Lopezaso, tenemos un empate. Con una campaña que borrara, no digamos el 95% de lo negativo de la borregada falsa, sino el 40%, ya tendríamos una victoria contundente para el PAN y 5 años de gobierno mejor, en vez de gobierno regular que seguro tendremos.

Pero, digamos que, ¡no importa! Ahí estará de nuevo un panismo renovado en el 2012 (fin de los años contabilizados en el calendario maya y principio de una nueva era universal) para salvar al estado del tropezón mal sustentado propiciado por la arrogancia de los ciudadanos que en su confusión dijeron "toma perro".

El PAN ha dado su primera muestra de civismo y de congruencia al descartar toda acción de impugnación. Es correcta esa actitud. Ya es hora de dejar de pensar estúpidamente que, con los métodos electorales que tenemos, la decisión del votante en la soledad de su cubículo pueda responder a algo más que no sea su propia conciencia.

Comentarios