Mi respuesta al Sr. Rodríguez Vadillo

Dije que es una estupidez creer que en el solitario cubículo de votación, puede haber algún tipo de influencia que no sea la conciencia del votante. Por favor, no tergiverse las palabras. En fin que están escritas.

Vuelve usted al mismo veneno: no le convencen 5 auditorías porque son juez y parte, como si el que realiza las auditorías estuviera coludido con el auditado. Entonces las contralorías no tienen ningún valor. Y hablamos de 5 auditorías, no 1 o 2. 5. El asunto de las auditorías es tan contundente que hay que recurrir a la duda, y no al beneficio de la misma.

Su redacción es "ligera". Rápidamente va haciendo la insinuación de la transformación de lo real en irreal, de lo falso en verdadero. Es el juego que provoca la desmemorización.

Un ejemplo del bueno gobierno, evidente, fue la limpieza total de la ciudad en menos de 2 días, de toda la propaganda política. Y lo hace un ayuntamiento que sabe que su trabajo no puede tener la limitación de falta de reconocimiento. ¿Recuerda usted que los gobiernos anteriores dejaban de hacer obra casi un año antes del relevo? Eso no se da con éstos.

Tengo que insistir en que si tomo en cuenta lo positivo logrado y lo comparo contra lo "negativo", me voy a dar cuenta de que lo negativo es totalmente relativo, de carácter pintoresco o populachero. Lo positivo, que es lo que debe de determinar el sentido del voto, es francamente a favor del progreso general de la vida del ciudadano mexicano en Yucatán.

Algo le debe de caer mal a usted. Pero si usted, con una consciencia transparente borra el "caer mal" y sopesa el resultado positivo de una gestión de "pesados y antipáticos", se va a dar cuenta de que no necesitamos entretenedores en el gobierno, sino gente seria (no tiene que ser simpática) que haga su trabajo lo más productivamente posible. Y mi memoria me dice que las cosas no fueron así muchos años.

Lástima del asunto de la familia Mouriño. No tengo elementos para saber cuál es la verdad. Habrá que dejar hablar a la familia Mouriño. Y le digo esto, Sr. Rodríguez Vadillo: un neopanista que recibe un permiso en las condiciones que usted menciona, es una vergüenza para todo el proceso de limpieza que debería de rodear a los gobiernos de los cuadrados panistas. Nos mostraría que tienen curvitas. Ojalá nos aclaren esto los involucrados, porque conozco de permisos denegados una y otra vez por las razones más irracionales imaginables.

Pero 10 permisos dados en ese sentido no serían razón para descalificar lo obra hecha, pero sí para amonestar o aplicar sanciones fuertes a los que provoquen visión de suciedad en donde todo debe de ser absoluta pulcritud.

El berrinche de la señorita Payán Cervera, repetiré a morir, no era algo merecido por la historia. De haber sido congruente consigo misma, habría sabido que los acordados para participar en la elección interna, NO LA ELIGIERON A ELLA. ¿Se le atropelló a Abreu en la grande? No: sencillamente, no fue elegido. Es exactamente lo mismo que sucedió: NO FUE ELECTA ella, sino el otro. ¿Fue un error hacer las cosas así? Es muy posible, pero ella aceptó jugar con esas reglas.

Y ahora viene su opinión: "poca transparencia para hacer todas esas obras". Ése es el tema que jamás perdonan los privados, cuando pierden y creen que fueron ofendidos. Por lo tanto, dudo que los concursos hayan sido hechos fuera de lo legalmente aceptable. De lo contrario, ya lo sabríamos. Los empresarios no tienen partido: no olvide eso. El único partido del empresario es su empresa.

Palabras mágicas: "evitar [las prácticas] nuevas que se aprendieron, superaron y perfeccionaron". Ésas son las palabras favoritas de los dictadores poéticos de la línea del tricolor: "superaron y perfeccionaron". Dicho eso, hablaron los "dioses". Y fueron falsos, porque sí hay prácticas nuevas, pero NO VAN en el sentido de las prácticas anteriores.

Hacen falta leyes que estén hechas para cumplirse, no para negociarse. El tricolorismo siempre ha influido para que las leyes sean incumplibles, dándole así al burócrata en turno el poder de la negociación y el favoritismo. Las prácticas de los azules fueron, muy probablemente, para evitar el negociantismo y hubo muchos no's qe no gustaron.

Pero de nuevo, el sabio votante nos colocó a los legisladores expertos en hacer leyes incumplibles. ¡Viva México! La culpa no es del votante, sino del que le MAL INFORMA.

Ojalá que no se haya equivocado. Por lo menos aquí estaremos pendientes de que NADIE SE EQUIVOQUE.

Yo no soy ni miembro del PAN (no me aceptaron) ni de ningún otro partido. Soy un simple ciudadano con convicciones prácticas y una teoría: la de la desinformación, práctica que domina a la perfección el tricolorismo y en la que reprueban los azules totalmente. Ojalá que sigan reprobando, pero que al mismo tiempo, la vayan olvidando los otros.

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